La directora Bego Zubia ha documentado en Urak aske el cambio que ha experimentado la zona de Artikutza en los últimos cuatro, que ha pasado de ser un pantano a convertirse en un entorno natural privilegiado tras su vaciado. El proceso ha estadio lleno de retos y dificultades para que el desmán del pirineo puediera recuperar un hábitat que perdió con la construcción del pantano, hace ahora 60 años.
Desembalsar dos millones de metros cúbicos de agua para proteger a un pequeño animal en peligro de extinción. Ese ha sido el empeño de quienes han trabajado en la eliminación del embalse de Enobieta y que han garantizado un refugio seguro al desmán del Pirineo. Esa asombrosa historia ha sucedido en Artikutza, la finca que San Sebastián compró en Navarra hace un siglo y hoy en día es uno de los parajes naturales mejor conservados de la cornisa Cantábrica. En Normandía, a su vez, se ha eliminado la gran presa de Vezins. Ese derribo permitirá la vuelta del salmón al río Sélune. Las presas abandonadas en los ríos son barreras para la biodiversidad y su demolición permite imaginar un planeta más habitable. Ese futuro dependerá de pequeños gestos, o grandes, como el de Vezins y el de Enobieta.
Ese es el tema que aborda el documental Urak aske, dirigido por la periodista Bego Zubia, quien ha señalado que "el de Artikutza ha sido el mayor vaciado de un embalse para la recuperación de la naturaleza que ha tenido lugar en la península ibérica y el Ayuntamiento de San Sebastián nos transmitió su interés por recoger este proceso en un audiovisual".
En este trabajo audiovisual de imágenes espectaculares, Zubia y su equipo han realizado un seguimiento del proceso, documentando los riesgos existentes y los resultados obtenidos. "En el documental se ve la transformación de Artikutza en los últimos cuatro o cinco años, ya que ha pasado de ser un embalse a un entorno natural de forma muy rápida" para lo que ha contado con las explicaciones de varios miembros de la comunidad científica e ingeniera para entender el proceso.
La periodista asegura que cuando se construyen este tipo de infraestructuras tienen un "impacto importante en el entorno, pero también cuando se quitan", y que precisamente han querido documentar ese proceso en el documental.
La proyección tendrá lugar en el marco del Cineclub Kresala, en euskera, el 25 de mayo, a las 18:30 de la tarde, en la Casa de Cultura de Lugaritz, con la presencia de la propia Bego Zubia (entrada libre y gratuita hasta completar el aforo).
Urak Aske_Trailerra_EUS from Pixel Ikusentzunezko Ekoizpenak on Vimeo.