La cultura de la sidra y las sidrerías está experimentando durante estos últimos años un auge considerable, pero esa situación se ve confrontada con el hecho de que cada vez hay menos personas dedicadas a la producción de esa bebida únicamente con manzanas autóctonas. Para hacer frente a la alta demanda, cada vez es mayor la cantidad de manzanas que deben traerse del extranjero, principalmente de Normandía. Charlamos con Oihana Unanue, cuya explotación y negocio familiar muestran otro modelo de producir manzana, sidra y productos derivados, quien reflexiona sobre la necesidad de ofrecer ayudas a los y las productoras locales.
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