Disfrutando de Cristina Enea mes a mes

A menudo parece que los ciclos de la naturaleza y los cambios que se dan en ella son lentos e imperceptibles. Sin embargo, solo hace falta saber mirar y pequeñas dosis de paciencia para descubrir un mundo cambiante a nuestro alrededor.

Desde Fundación Cristina Enea os queremos mostrar mes a mes esos cambios que se dan en nuestro entorno más cercano, concretamente en nuestro parque, Cristina Enea.

Gracias a fichas de campo que podéis consultar y descargar desde aquí, seréis testigos de los cambios constantes en la fauna y la flora del parque. Comenzamos con el mes de febrero, el mes más fugaz del año, que se caracteriza por sus días cortos y fríos. Aunque por lo general se trata de una época de letargo en la naturaleza, ésta sigue brindándonos todo un mundo de posibilidades para disfrutarla, solo hay que abrigarse bien para salir a su encuetro.

Con este cuaderno de notas os proponemos descubrir algunos de los protagonistas de este mes en Cristina Enea. 

Enero

Con el inicio del año, el invierno entra de lleno. La naturaleza (y también Cristina Enea) está ya preparada para afrontar los días más cortos, fríos y húmedos del año. En estos ecosistemas, en los que el ritmo de la vida se ralentiza, muchas especies subsisten gracias a las reservas de alimento que acumularon durante el otoño, mientras que otras, literalmente bajan su nivel de actividad. Para todas ellas, enero es tiempo de invernada.

Febrero

En el mes de febrero nos encontramos en pleno invierno, la estación más fría y desapacible del calendario. El mes más fugaz del año se caracteriza por sus días cortos y fríos.

Aunque por lo general se trata de una época de letargo en la naturaleza, ésta sigue brindándonos todo un mundo de posibilidades para disfrutarla, solo hay que abrigarse bien para salir a su encuentro.

Marzo

El invierno da sus últimos coletazos antes de dar paso a la primavera, y en el ambiente se intuyen los cambios que no tardarán en llegar. A partir del 21 de marzo el día comenzará a robarle minutos a la noche, anunciando de este modo que la primavera ya está aquí. Todo está preparado para que se abran las puertas de la estación favorita de la naturaleza. La metamorfosis del parque ya ha comenzado, nos lo indican las flores tempraneras y los primeros cantos, en cuestión de días el aspecto del Cristina Enea cambiará completamente.

Abril

Alrededor del mes de abril percibimos que casi todo se está renovando a nuestro alrededor. El parque se colorea, suena y se llena de olores. Cortejos, nacimientos y búsqueda de alimento, convierten Cristina Enea en un lugar donde disfrutar de los mil y un sonidos de la primavera.

Mayo

En el mes de mayo, el parque se muestra en toda su plenitud, los incesantes cantos de los pájaros y la floración masiva transmiten energía y optimismo a quien pasea por sus jardines. A ras de suelo, la vida se amontona creando una colorida alfombra y, poco a poco, las copas de los árboles se van poblando de hojas nuevas.

Junio

Junio es el mes de la luz. Arranca el verano, con sus largos atardeceres que se resisten a dejar paso a la oscuridad. Los primeros días de sol y calor llegarán en esta época que ya huele a vacaciones. En Cristina Enea los árboles ya se han cubierto de hojas, dispuestos a dar sombra y proteger de los rayos del sol a quien lo necesite.

Julio

En la época más calurosa del año cobran especial importancia las charcas y estanques del parque. No solo para los anfibios que lo habitan durante todo el año, sino también para el resto de animales del parque que se acercan a beber o a refrescarse en ellos. También aumenta la afluencia de gente en Cristina Enea, es el mes de las siestas a la sombra y los juegos en la hierba. Estamos de vacaciones y eso también se nota en el parque.

Agosto

En los calurosos días de agosto, ¿qué mejor que buscar un lugar fresco? En Cristina Enea los musgos nos indican dónde está la frescura; y al encontrarnos en el hemisferio norte, también nos indican dónde está el norte. Busca musgo en el parque, a ver si realmente miran hacia el norte, y de paso podrás refrescarte un rato.

Septiembre

Septiembre marca el fin del verano y el inicio del otoño. El 23 de septiembre a las dos y 29 minutos de la madrugada se producirá el cambio de estación que indica que nos acercamos a tiempos más fríos. Es el mes puente entre dos estaciones, y cuando los días se acortan de forma considerable. La naturaleza prevé el cambio de ciclo, la fauna va y viene hacia sus territorios de invernada, las plantas exponen sus frutos y todos se preparan poco a poco para la inminente llegada del invierno.

Octubre

Octubre es el otoño, un tiempo de tormentas y algún que otro rayo de sol, pero también la época en la que Cristina Enea se viste de colores amarillos, ocres y rojos. Las setas ya han brotado en Cristina Enea… Aunque lo que comúnmente se llama "seta" es en realidad la fructificación del hongo, la parte encargada de producir las esporas y cuya función es la producción de un nuevo individuo. El verdadero cuerpo del hongo, conocido como micelio, se encuentra bajo tierra y está compuesto por largos filamentos denominados hifas.

Noviembre

Ya no cabe duda de que el otoño está aquí. La luz ha caído, los días son cortos y a menudo lluviosos. La humedad favorece la proliferación de un misterioso universo formado por hongos, líquenes, musgos y organismos que aprovechan la descomposición de las hojas caídas y crean alimento para otras especies... y así volver a empezar. En primavera y verano, las hojas muestran un intenso color verde debido a un pigmento llamado clorofila, capaz de capturar la energía contenida en la luz solar para llevar a cabo la fotosíntesis. Pero además de clorofila, las hojas también poseen otros pigmentos conocidos como carotenoides y flavonoides, que no son visibles durante el verano al quedar enmascarados por el verde de la clorofila.

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Diciembre

Aún es otoño, pero los cambios en nuestro particular ecosistema anuncian ya la irremediable llegada del crudo invierno. La vida se oculta entre el claroscuro del último mes del año, cuando el cielo torna del azul al gris y muchos duermen y esperan... protegidos del frío. En diciembre, con el cambio de estación, la naturaleza vive la noche más larga del año, 14 horas y media en las que reina la oscuridad.

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