El compromiso con el cálculo y reducción de la huella de carbono ya no es una opción, sino una necesidad urgente tras la reciente aprobación del Real Decreto 214/2025, de 18 de marzo (LA LEY 10632/2025), por el que se establece la obligación del cálculo de la huella de carbono y de la elaboración y publicación de planes de reducción de emisiones de gases de efecto. Una regulación que refuerza el papel de las empresas en la adopción de soluciones contra el cambio climático y la transición hacia una economía baja en carbono.
Este avance legislativo no solo responde a compromisos internacionales como el Acuerdo de París o los Objetivos de Desarrollo Sostenible (especialmente el ODS 13: Acción por el clima), sino que sienta las bases para la transición hacia una industria más sostenible y competitiva.
En este artículo te explicamos qué hay detrás del concepto de huella de carbono, en qué consiste el nuevo Real Decreto sobre el Registro de Huella de Carbono, a quién afecta y cómo puede convertirse en una oportunidad estratégica para las empresas comprometidas con la acción climática.
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