El 22 de abril de ese año se había celebrado el primer Día de la Tierra, un evento que llamaba a luchar por un planeta más verde y limpio para todos.
Había sido ideado por el activista Gaylord Nelson tras un gigantesco derrame de unos 100.000 barriles de petróleo crudo que ennegrecieron las costas de Santa Bárbara, California.
El ambientalista valoraba a los estudiantes como agentes de cambio, así que quería que se involucraran en las campañas, en ese entonces radicales, a favor de buscar soluciones ecológicas a problemas ecológicos.
Y, a veces, la mejor manera de llamar la atención del mundo era con diseños intrigantes.
Por suerte, la Corporación de Contenedores de América (CCA), en ese entonces el mayor fabricante de cajas de cartón corrugado de EE.UU., estaba encabezada por el industrial amante del arte Walter Paepcke, quien se mantenía a la vanguardia del diseño gráfico corporativo.
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