Los plásticos y los jabones suelen tener poco en común en cuanto a textura, aspecto y, sobre todo, en lo que respecta a su utilidad. Pero existe una curiosa conexión entre ambos a nivel molecular: la estructura química del polietileno –uno de los plásticos más usados– es similar a la de un ácido graso que se utiliza como precursor químico del jabón.
Ambos materiales están formados por largas cadenas de carbono, aunque los ácidos grasos tienen un grupo extra de átomos al final de la cadena.
De ahí que, ahora, un equipo dirigido por investigadores de Virginia Tech (EE UU) haya podido desarrollar un nuevo método para reciclar plásticos y convertirlos en sustancias de alto valor, conocidas como tensioactivos (también llamados surfactantes), que se emplean en jabones, detergentes y otros productos. Los resultados del estudio se publican esta semana en Science. Imagen: Steven Mackay, Virginia Tech
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