Las empresas deben evaluar la reciclabilidad de los envases y cada país ha elegido un sistema diferente. En el caso de Reino Unido, ha optado por un sistema de semáforo para clasificar los envases domésticos.
Así, desde el pasado 1 de enero de 2025, los envases domésticos reciben distintas calificaciones: rojo, ámbar o verde. Dependiendo del color, los productores abonan una tarifa de eliminación concreta por ese envase. Se trata de una modulación de tarifas que permite a los suministradores de envases domésticos evaluar la reciclabilidad de dichos envases e informar de los resultados de la evaluación al regulador medioambiental.
Atendiendo a la categoría por colores, los envases rojos tienen especificaciones que dificultan su reciclaje a gran escala. Por su parte, los ámbar requieren una infraestructura especializada para el reprocesamiento, mientras que los verdes son ampliamente reciclables en la infraestructura actual de Reino Unido.
Por el momento, solo los grandes productores deberán comunicar los datos de evaluación de reciclabilidad. En concreto, existen ocho categorías de materiales: papel y cartón; materiales compuestos a base de fibra; plástico; acero; aluminio; vidrio; madera y otros. Cada artículo de embalaje o componente deberá evaluarse bajo una de estas categorías y, en el caso de que un producto esté compuesto por más de un material, se evaluará bajo la categoría que constituye la mayor parte de su peso.
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