Basta con escuchar su zumbido y ver el gran tamaño de la avispa velutina (Vespa velutina nigrithorax) para poner en alerta a cualquiera que se la encuentre. Esta especie invasora, originaria de Asia, habría llegado a Europa de forma accidental a través del transporte de mercancías.Hoy es una gran depredadora en el norte de España, donde se ha expandido como una sombra negra y amarilla que amenaza la supervivencia de las poblaciones de abejas, sus ecosistemas y el delicado equilibrio de múltiples polinizadores.
El avispón, también conocido como avispa asiática, se detectó por primera vez en 2010 en Amaiur, comarca del Baztán (Navarra). En las últimas semanas, su picadura ha resultado mortal para tres personas en Galicia, una comunidad donde ha proliferado de forma preocupante, lo que ha propiciado campañas de trampeo para disminuir la población.
Desde su llegada, los científicos/as han estudiado cómo se ha adaptado al clima, el impacto en las abejas melíferas y la propagación de patógenos, así como los posibles usos biomédicos de su veneno. Con densidades que alcanzan los 100 000 individuos por km2 por año en Europa, esta especie puede alterar de forma directa la fauna nativa.
Según explica a SINC María Shantal Rodríguez Flores, investigadora de la Universidad de Vigo en el campus de Ourense, la presión de V. velutina sobre las abejas en Galicia no se ha estabilizado. “Por el contrario, se mantiene alta y prolongada en el tiempo, con actividad prácticamente durante todo el año. Este hecho demuestra una adaptación climática notable de la especie invasora a las condiciones atlánticas”.
Esto provoca que su expansión hacia nuevas áreas continúe si las condiciones de temperatura y disponibilidad de recursos lo permiten. “A ello se suma que la Xunta de Galicia ha intensificado las campañas de trampeo de reinas fundadoras en numerosos municipios, lo que podría haber alterado parcialmente la dinámica poblacional de la especie”, continúa.
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