24 de septiembre - 13 de diciembre
El artista sanpedrotarra Zigor García se ha alejado del modelado figurativo de la arcilla y se ha acercado a la cerámica contemporánea desde 2018.
Otorgándole transcendencia al entorno, en esta exposición nos muestra la experiencia directa que ha adquirido con la naturaleza realizando largos recorridos montañeros. Impulsado por la conciencia ecologista que despierta el movimiento artístico Land Art, Zigor comenzó a adentrarse en un paisaje en peligro por el proyecto del puerto que pretendían construir en las faldas del monte Jaizkibel, antes de que un ecosistema singular poco conocido estuviera en peligro de desaparecer.
Además de que el arte es acción, también es vivir, pues más allá de mirar, hay que pisar, atravesar, oler, saborear, tocar, sudar, mojar y reflexionar sobre la naturaleza. «Pues el arte no es, el arte ocurre». Eso es lo que ha hecho Zigor en esta exposición y lo que comparte con las personas que la visiten.
De esta vivencia ha traído a las salas de Cristina Enea cinco conjuntos escultóricos y una serie de dibujos. Son instalaciones en las que utiliza diferentes técnicas y lenguajes plásticos cerámicos. Numerosas piezas de la exposición son recipientes, objeto básico de la cerámica. Éstos, aunque contienen la memoria del paisaje y las vivencias del artista, no están del todo llenos. El espectador tendrá también un espacio y un momento para colmar estos recipientes con su espíritu y experiencia; para así completar el hecho artístico.
Zigor reconoce que con esta exposición cierra un ciclo en su recorrido y que ya se le ha despertado la inquietud por vivir otros paisajes desconocidos; que algunas de las piezas que ha elaborado para esta exposición le han abierto nuevas puertas. Entre ellas, se encuentran los paisajes volcánicos, en los que la cerámica, a modo de «tierra quemada», es producida sin cesar por la naturaleza misma.