Los ritmos, hábitos e interacciones personales de la vida en las ciudades se aleja cada vez más de los modelos naturales a los que la especie humana se había adaptado tras siglos de evolución. Esta nueva realidad socioeconómica está afectando de manera notable a la salud de la ciudadanía, generando situaciones de estrés, ansiedad e incluso alteraciones cardio-vasculares. Sin embargo, numerosas investigaciones demuestran que retomar el contacto con la naturaleza, incluso la situada en las zonas periurbanas, puede llegar a ser un factor clave para mejorar las condiciones fisiológicas y psicológicas de las personas.
En este contexto surgió en Japón la técnica Shinrin Yoku (Baños de bosque), consistente en la realización de actividades en el bosque como herramienta para re-conectar con la naturaleza y obtener un beneficio directo para la salud. Los Baños de Bosque son una práctica de prevención, de conservación de la salud, y tiene como objetivo mejorar el bienestar, aliviar el estrés y fomentar el reposo. Se basa en los principios de atención plena: la apertura de los sentidos a la atmósfera del bosque, disminuyendo la velocidad al caminar por el bosque, inhalando el aire del bosque y fomentando una conexión emocional con el paisaje.
Además, puede ser una técnica utilizada como terapia dirigiendo los Baños de Bosque a mejorar las conexiones sociales y aumentar el capital social para ayudar a la inclusión. De esta manera, la Terapia de Bosque puede actuar como un complemento del tratamiento estándar y la rehabilitación para enfermedades específicas.
Hoy en día, esta técnica se está experimentando en diferentes ciudades y territorios, con multitud de estudios que constatan una mejora en la salud de las personas.