Cuando se piensa en la crisis climática, normalmente se viene a la mente el dióxido de carbono. Sin embargo, el metano no solo es el segundo mayor contribuyente al calentamiento global, sino que también es 84 veces más potente que el CO₂.

En la cumbre COP26 de 2021, casi 100 países firmaron el Compromiso Mundial sobre el Metano, prometiendo limitar las emisiones en un 30% para 2030 en comparación con los niveles de 2020. Desde entonces, casi 160 países se han unido al movimiento. Pero, ¿han cumplido su promesa?

Clean Air Task Force fue una de las primeras organizaciones sin ánimo de lucro en llamar la atención sobre una práctica común pero devastadora: el metano emitido deliberadamente por las instalaciones de combustibles fósiles.

Los reporteros de France 24 se unieron a un equipo de los llamados "cazadores de metano" en una misión en Rumania, donde la Clean Air Task Force ha informado de las elevadas emisiones que se escapan de los campos petrolíferos. 

Gracias a una nueva normativa de la Unión Europea que entrará en vigor en mayo de 2025, pronto será más difícil que esas fugas queden impunes. Las empresas estarán obligadas a controlar y limitar sus emisiones o se enfrentarán a sanciones.

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