Los 153.000 habitantes de la región belga de Midden-Waasland ya no tiran sus residuos domésticos en los enormes contenedores ubicados en las calles. Desde 2019, estos vecinos tienen sus propios cubos identificados con un chip que permite pesar la cantidad de basura generada. Cuanta menos basura tiran, menos pagan.
En cuatro años, este sistema de pago por generación ha logrado reducir un 38% la cantidad de residuos, según las estadísticas de MIWA, la empresa encargada de la recogida y del reciclaje de esta región de Bélgica. En 2018, la generación de basura anual per cápita fue de 161 kilos. En 2023, esta cifra descendió a 99 kilos.
El cambio supuso modificar miles de contenedores nuevos y modernizar los camiones de recogida, que ahora están equipados con ordenador, sistema de carga y de pesaje calibrado. “Estamos seguros de que recuperaremos esta inversión porque el porcentaje de residuos se ha visto reducido, lo que disminuye de forma considerable todos los costes de tratamiento”, explica el director de MIWA, Sven Peeters.
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