El acero es uno de los metales más utilizados en la industria manufacturera. Aviones, edificios, coches y electrodomésticos necesitan un esqueleto de acero para ganar robustez. Sin embargo, también es uno de los materiales más contaminantes del sector. A día de hoy, la obtención de una sola tonelada de acero supone la emisión de hasta dos toneladas de CO2. Y el problema se agrava, porque tampoco es un material fácil de reciclar, ya que sus impurezas reducen su calidad. Pero un nuevo proceso químico podría terminar con este inconveniente y reinventar el reciclaje de acero.
Así lo ha desvelado un grupo de investigación de la Universidad de Toronto (Canadá), que en un artículo publicado en Resources, Conservation & Recycling asegura haber encontrado un método electroquímico capaz de eliminar la contaminación del acero usado, tales como el cobre o el carbono. Un innovador proceso que abriría las puertas a reciclar más acero que el actual -cuya tasa de reutilización es de tan solo el 25%- y a reducir de manera drástica las emisiones de la industria.
Para ello, han utilizado un electrolito nuevo (de oxisulfuro para la electrorrefinación) que ha mostrado una gran capacidad para eliminar todas las impurezas. “Nuestro estudio es el primer caso informado de eliminación electroquímica del cobre del acero y reducción de impurezas por debajo del nivel de aleación”, asegura Gisele Azimi, ingeniera y autora de este estudio.
Este trabajo viene a dar respuesta a uno de los retos de futuro que se ha encontrado la industria manufacturera en el contexto de la crisis climática. No en vano, se espera que la demanda de acero aumente en las próximas dos décadas, por lo que crear un método para que sea más ecológico es la única manera de poder adaptar esa demanda a la reducción de emisiones que requiere el planeta.
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