La conciencia de la diseñadora belga le ha hecho convertir su tienda atelier en un laboratorio de reciclaje. La industria de la moda contamina más que los sectores aeronáuticos y de envíos juntos. Por ello, en su taller los restos de telas orgánicas y de comercio justo se convierten en prendas para niños, ropa interior y toallas sanitarias. Por primera vez, la Comisión Europea apunta a los textiles en el nuevo plan de acción de economía circular y esta diseñadora ha solicitado apoyo financiero.
"Cuando se produce localmente y con materiales sostenibles, el margen de beneficio es muy, muy bajo. No te puedes permitir mucho y también es difícil pagar los impuestos como en la “forma estandar" de la economía", ha explicado Berckmans.
Las colecciones de Berckmans se fabrican en talleres belgas y franceses y se niega a explotar la fuerza de trabajo de los países más pobres. La moda low cost ha hecho que en el mundo occidental exista un rápido consumo que ha amplificado el impacto ambiental.