Actuación-performance vocal instrumental de David Azurza junto con María Vega.
Los sonidos, como las semillas, aparentemente insignificantes, encierran en su interior una fuerza potencial de vida de enorme poder.
Las esculturas de María Cueto y el espacio donde se ubican sirven de inspiración para esta intervención sonora a partir de pequeños elementos de sonido y vocales que establecen vínculos y diálogos con las distintas piezas artísticas. Se conforma así una nueva realidad contemplativa que supera la aparente fragilidad inicial para convertirse en una nueva entidad de vibración: la imparable corriente de la Vida.